La palabra «colportor» tiene una etimología interesante. Proviene del francés «colporteur», que a su vez se deriva del verbo «colporter,» que significa «vender al por menor» o «llevar de un lugar a otro.» El término francés se compone de dos partes:
- «Col,» que se refiere a «cuello» o «cuello de una botella» en francés antiguo. En este contexto, se refiere a llevar algo al cuello o al hombro, como una carga.
- «Porteur,» que significa «portador» o «transportador» en francés.
Entonces, en conjunto, «colporteur» se refiere a alguien que lleva o transporta algo al cuello o al hombro, lo cual era una forma tradicional de llevar mercancías o literatura de un lugar a otro para su venta o distribución.
El término «colportor» se ha utilizado históricamente para describir a las personas que se dedican a la venta o distribución de literatura religiosa sean Biblias o revistas cristianas, a menudo llevando consigo una mochila o cargando los productos de una manera similar a lo que sugiere la etimología original.
Los colportores suelen ser individuos o voluntarios que recorren comunidades, hogares y lugares públicos ofreciendo estos libros y materiales a las personas interesadas. Además de promover la lectura, el colportaje a menudo tiene un componente evangelizador, ya que los colportores pueden utilizar estos materiales como una forma de difundir su fe y principios. El mayor exponente fue George Borrow en el siglo XIX.
Con el avance de la tecnología y la disponibilidad de contenido en línea, el colportaje ha evolucionado. Algunos colportores ahora pueden distribuir libros electrónicos o promocionar recursos en línea en lugar de material impreso.
En resumen, los colportores son individuos o vendedores que se dedican a la venta y distribución de materiales impresos, y su actividad puede variar en función de sus objetivos y la naturaleza de los materiales que ofrecen. Aunque el término ha estado históricamente asociado con la difusión religiosa, su alcance puede ser mucho más amplio y diverso en la actualidad.