En la historia de la iglesia, la visión ortodoxa de la inspiración ha sido descrita como verbal y plenaria. Cuando se habla de inspiración verbal, se quiere decir que se escribió cada palabra en la Biblia por la aprobación de Dios y la guía del Espíritu Santo. Cuando se habla de inspiración plenaria, se quiere decir que Dios inspiró cada parte de la Biblia, desde el comienzo hasta el final, y sin ninguna omisión.
La Biblia es el único libro escrito por inspiración de Dios, en el sentido de que Dios ha guiado personalmente a sus escritores. Sin embargo, la Escritura indica la factura humana. Varios libros de la Biblia reflejan las características personales del escritor, en estilo y vocabulario, y con frecuencia sus personalidades están expresadas en sus pensamientos, opiniones, plegarias o temores. No obstante, aunque son evidentes los elementos humanos en la Biblia, la doctrina de la inspiración plenaria sostiene y afirma que Dios lo dirigió, de tal forma que todas las palabras que fueron usadas, lo fueron igualmente por Dios, e inspiradas por El. Esto se pone de relieve por el uso de la palabra “plenaria”, que significa “completa inspiración”.
Al usar la inspiración verbal y plenaria, Dios se aseguró que los escritores solamente escribieran lo que estaba en armonía completa con Su voluntad. Él también se aseguró que ellos no cometieran ningún error factual, histórico, geográfico o científico. La inspiración verbal y plenaria descarta la Teoría de la Inspiración Parcial, la Teoría de la Inspiración Natural y la Teoría de la Inspiración del Pensamiento. Pero la inspiración verbal y plenaria también descarta la Teoría de la Inspiración Mecánica y el pensamiento de la Neo- Ortodoxa. Aunque la inspiración verbal y plenaria enseña que cada palabra y cada parte de la Biblia son inspiradas por Dios, también deja espacio para el estilo y las personalidades de los escritores.
La Biblia claramente sostiene el concepto de la inspiración verbal y plenaria. Como ejemplo de la inspiración verbal, el salmista dijo:
- “El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, y su palabra ha estado en mi lengua” 2 Samuel 23:2
Jeremías añadió:
- “Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca” Jeremías 1:9; 36:1-2
Pablo declaró:
- “Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.”1 Corintios 2:12-13
Finalmente, Jesús dijo en Mateo 5:17-18:
- “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.”
Al declarar, “ni una jota ni una tilde”, Jesús enfatizó que hasta los detalles mínimos de la ley debían cumplirse. Estos detalles fueron parte de la Escritura antigua inspirada por Dios; estaban allí por la aprobación y voluntad Dios. Si cada jota y cada tilde de la ley antigua gozan de la aprobación divina, entonces, cada palabra de la ley del Nuevo Testamento también goza de la misma aprobación y voluntad divina.
En cuanto a la inspiración plenaria, el salmista escribió:
- “La suma de tu palabra es verdad” Salmo 119:160
Jesús prometió a sus discípulos:
- “Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” Juan 14:26; 16:13
Pablo registró:
- “Toda la Escritura es inspirada por Dios” 2 Timoteo 3:16
Y Pedro añadió: “Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”2 Pedro 1:20-21