La Fuente Q (abreviatura de la palabra alemana «Quelle”, que significa «fuente”), es una hipotética fuente documental que algunos estudiosos de la crítica bíblica creen que pudo haber sido utilizada por los autores de los Evangelios de Mateo y Lucas al escribir sus evangelios. Estos eruditos han propuesto esta teoría basándose en el análisis de los textos de los evangelios sinópticos y en las similitudes en el contenido y el lenguaje de Mateo y Lucas; es por ello que se desarrolló esta teoría para explicar las similitudes en el material contenido en Mateo y Lucas, pero que no se encuentra en el Evangelio de Marcos (230 en total).
La Fuente Q es concebida como una colección de dichos y enseñanzas de Jesús (como el evangelio de Tomás), y se cree que consiste principalmente en discursos y enseñanzas, en lugar de relatos narrativos de eventos.
La hipótesis de la existencia de Q se planteó por primera vez en el marco de la llamada teoría de las dos fuentes, propuesta por los eruditos alemanes Weisse y Wilke, a mediados del siglo XIX, para explicar las similitudes existentes entre los tres evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas). Según la mencionada teoría, los autores de los evangelios de Mateo y de Lucas utilizaron dos fuentes para la composición de sus escritos: el Evangelio de Marcos y una colección de dichos de Jesús, la fuente Q. Esta hipótesis, varias veces reformulada y matizada a lo largo de los años, es hoy mayoritariamente aceptada por los estudiosos para explicar las coincidencias entre los sinópticos.
Si consideramos la posibilidad de la existencia de una fuente Q, nos encontraríamos ante unos problemas:
- Los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas fueron escritos después del año 70 d.C. y por lo tanto no pudieron haber sido escritos por el Apóstol Mateo, Juan Marcos o el médico Lucas.
- Dado que los autores de los Evangelios no fueron testigos de primera mano, debieron usar otras fuentes, en este caso, la fuente Q, por lo tanto, los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas no fueron escritos entre los años 50 y 65 d.C. como tradicionalmente hemos creído.
- Muchos de los primeros padres de la iglesia atribuyeron los evangelios al apóstol Mateo, Juan Marcos y Lucas el médico, quienes eran verdaderos testigos oculares de Jesús y/o compañeros cercanos de los testigos oculares de Jesús. La aceptación de la fuente Q hace mentirosos a estos padres de la iglesia.
Entonces tenemos que la gran mayoría de los que promueven el concepto de la fuente Q no creen que la Biblia sea la Palabra inspirada por Dios, no creen que los Evangelios fueron escritos por los Apóstoles y sus colaboradores cercanos, o que los Evangelios fueron escritos dentro de la generación de los Apóstoles. No creen que sea posible que dos o tres autores puedan usar exactamente las mismas palabras guiadas por el Espíritu Santo.
Es importante también destacar que la Fuente Q es una hipótesis académica y no existe ningún manuscrito, fragmento o documento físico que se haya identificado como la Fuente Q.