La palabra canon procede del griego “kanón” que puede traducirse como regla de medir, caña o vara, aunque la raíz es “tallo” de bambú o de mimbre. Los judíos siempre han usado una caña de unos tres metros como medida, lo cual se asemeja al estándar de que hablamos. En un sentido más amplio significa «norma”, «pauta” o «regla”. Ezequiel 40:3 usa la palabra y es traducida «caña de medir”. En este sentido, es usado también en el NT, por ejemplo, en Gálatas 6:16 (kanón = «regIa”). Canon se ha convertido en una palabra que todos usamos para hablar de medidas autorizadas, o características autorizadas, un instrumento de medir. En la Iglesia ha llegado a tener dos significados. El primero se refiere al grupo de libros sagrados que componen la Biblia, y el segundo a que esos libros configuran la regla de vida para el creyente, es decir, sirve para determinar qué es lo correcto en cualquier circunstancia.
Finalmente, fue Dios quien decidió cuáles libros pertenecían al canon bíblico. Un libro de la Escritura pertenece al canon desde el momento que fue inspirado por Dios para Su escritura. Era simplemente una cuestión de que Dios convenciera a Sus seguidores humanos sobre cuáles libros debían ser incluidos en la Biblia.