Principales Disciplinas de la Crítica Moderna

Algunas de las disciplinas principales de la crítica bíblica moderna son:

  • Crítica Textual
  • Crítica Histórica
  • Crítica Literaria
  • Crítica de Fuentes
  • Crítica de Formas
  • Crítica  de  las  Tradiciones 
  • Crítica  de  la  Redacción 
  • La Crítica Bíblica Estructuralista.

Todas estas ramas, salvo la histórica, tratan primordialmente de las estructuras literarias y de las diversas formas en que un escritor se expresa. La crítica histórica averigua más del significado y veracidad de lo que dice el autor, pero incluye casi todas las otras disciplinas.

Crítica Textual

Tiene que ver con la reconstitución del texto tal como fue escrito originalmente por el autor. Éste es muy importante para los textos antiguos, que han llegado hasta nosotros solamente a través de copias transcritas de otras copias. Es obvia la posibilidad de que los copistas, por más cuidadosos que fueran, hubieran omitido, añadido o cambiado algunos detalles en el proceso de copiar. Puesto que es imposible consultar los autógrafos (manuscritos originales), porque ya no existen, es necesario que los eruditos comparen esmeradamente los manuscritos existentes para identificar los errores y, en lo posible, corregirlos.

El crítico del texto bíblico trabaja no solo con los manuscritos del Antiguo y Nuevo Testamentos en los idiomas originales, sino también con versiones antiguas en otros idiomas, tales como el siríaco, el capto y el latín, y con citas bíblicas de obras antiguas.

Crítica Histórica

La crítica histórica intenta reconstruir y relacionar los hechos narrados con su contexto histórico, en la medida de lo posible. Esto involucra tanto las evidencias internas como las externas (arqueología e historia). El crítico histórico pregunta: ¿Cuándo fue escrito el documento? ¿Cuánto tiempo transcurrió entre la fecha de los eventos descritos y la fecha en que se escribió el relato? ¿Cómo se sabe cuándo fue escrito? ¿Cuál es la fecha de la copia actual?

En relación con la Biblia, la crítica histórica tuvo antes más importancia que en la actualidad. Porque se ha visto que la Biblia, aunque contiene historia, y hasta historia científicamente comprobada, no es un “libro de historia”, sino un despliegue de una experiencia religioso-plurifacética, expresada en los más diversos géneros literarios. Para que el mensaje de la Biblia sea verdadero, no es necesario que todo lo que narra sea historia científicamente verificada.

Crítica Literaria

Tiene como meta descubrir si el pasaje estudiado es una unidad integral y original o ha sufrido alteraciones, extensiones o recortes. En relación con lo anterior, el crítico literario investiga cuál es el contenido original de un texto y cuáles son los añadidos. Se preocupa también por preguntar cuáles son los diferentes estratos que componen un escrito o libro. Vista desde esta perspectiva, a la crítica literaria le interesa descubrir cuál es la génesis, es decir, los orígenes de un texto.

Intenta también descubrir la intención del autor, lo que quiso decir, teniendo en consideración las circunstancias y modalidades de la producción del texto, el estilo, el destinatario, etc. Este tipo de investigación ha permitido descubrir que muchos de los textos de la Biblia son “compuestos” (obra de diversas manos), producidos en diversas frases, hasta con pensamientos opuestos internamente. Ha demostrado también la pseudoepigrafía[1] o atribución ficticia, generalizada (por ejemplo, la Carta de Pablo a los Hebreos).

Para distinguir esta crítica de la textual, solía llamársela la “alta crítica”, porque constituye el aspecto posterior (o “superior”) del proceso crítico, que depende del previo trabajo textual.

Crítica de las Fuentes

La crítica de fuentes es un intento de descubrir y determinar si un libro de la Biblia es una unidad o si su composición se originó en diversas fuentes. Por ejemplo, el autor de las Crónicas a menudo hace referencia a los libros de Samuel, Reyes y otros anales. Dice en 1 Crónicas 29:29 « Y los hechos del rey David,  primeros y postreros,  están escritos en el libro de las crónicas de Samuel vidente,  en las crónicas del profeta Natán,  y en las crónicas de Gad vidente”. Aparentemente mucho de su obra se basaba sobre estas fuentes. Al comparar las Crónicas con los libros de Samuel y Reyes, el crítico puede llegar a conclusiones referentes a su método literario e histórico.

La crítica de las fuentes también ha investigado especialmente los orígenes de los evangelios sinópticos, buscando una explicación para los parecidos y las diferencias que existen entre ellos. Aunque es evidente que hay interdependencia entre estos tres Evangelios, los detalles de cómo y por qué ocurrió ésta no proporcionan un cuadro completo de lo que sucedió.

El problema más debatido en la crítica de las fuentes del AT ha sido el origen y la transmisión del Pentateuco. Si se estima que consta de diversas fuentes, debe estudiarse el origen y la naturaleza de éstas, como también la delineación de las diferentes etapas de la composición de la obra hasta que fue terminada.

Las teorías que se desarrollaron en relación con el Pentateuco han sido posteriormente aplicadas a otros libros. Por esto la crítica de las fuentes de los primeros cinco libros de la Biblia merece especial atención y lo analizaremos en el siguiente capítulo.

Crítica  o  historia  de  las  formas 

Es un método desarrollado para estudiar las formas típicas que plasman lingüísticamente las diversas expresiones de la existencia humana. Hermann Gunkel (1862-1932) es el padre de los estudios de las formas  literarias en la Biblia. De  acuerdo con Gunkel, cada forma o género literario emerge de una “circunstancia particular” (Sitz im Leben) de la experiencia humana; este contexto configura el contenido y la forma de ese género literario. Para el estudio de la forma literaria de un pasaje, el exegeta pregunta cuál  es:

  • La estructura de la unidad.
  • El género literario al que pertenece (poemas, narraciones, parábolas,
  • diálogos, etc.). 
  • La circunstancia particular a la que pertenece (por ejemplo, un funeral,  una boda, la coronación de un rey).
  • La intención del  pasaje.

La crítica de formas del AT ha sido muy fructífera, especialmente en la clasificación de los Salmos en categorías tales como himnos, acciones de gracias, lamentos, salmos reales y cánticos de peregrinaje. Dice Wenham, “Se solía sostener que la mayor parte de los salmos eran poemas personales de judíos piadosos después del exilio. Ahora, gracias a la crítica de formas, se reconoce que la mayor parte de los Salmos se cantaban en el culto público del templo, antes de su destrucción en el 587 a.C.”

Por otra parte, la aplicación de la crítica de formas al estudio de los Evangelios, por eruditos racionalistas, ha tenido efectos muy negativos referentes a creer en la inspiración divina de los cuatro primeros libros del NT. Su propósito se dedica principalmente al intento de remontarse al período de la transmisión oral del mensaje evangélico. La tesis original de los pioneros de la crítica de formas, Gunkel, K. L. Schmidt, Martin Dibelius y Rudolf Bultmann, presupone que durante el período “oral”, aproximadamente del 30 al 60 d.C., había historias sobre Jesús y dichos que circulaban como unidades separadas en los círculos cristianos. Paulatinamente, fueron alteradas y embellecidas de acuerdo a los diversos puntos de vista teológicos de cada grupo. Según Dibelius, hasta “narradores de anécdotas o historias” iban por las iglesias inventando «cuentos” de milagros y dichos supuestamente hablados por Jesús, para dar contenido a su enseñanza o remachar una idea suya. Los Evangelios registran las características acumuladas durante el período de transmisión oral.

Crítica  de  las  Tradiciones 

La crítica de la tradición, o historia de la transmisión de la tradición, estudia la historia de las diferentes unidades de texto a partir de su supuesto punto de partida, su desarrollo en la tradición oral, hasta su aparición en forma escrita y su redacción final. Es un acercamiento más bien diacrónico[2]

Su propósito es rastrear una determinada tradición hasta sus mismos orígenes, tratando de determinar y describir la reinterpretación y restructuración del material en cada etapa de su desarrollo en armonía con los valores, objetivos o prejuicios de los que tuvieron que ver con su transmisión.

Este método supone que una gran cantidad de trozos y tradiciones literarias acompañaron al pueblo de Dios en sus diversos momentos históricos. Esas tradiciones fueron recontadas de generación en generación, y enriquecidas con las nuevas experiencias  históricas. Así, un acontecimiento o un relato fue remodelándose y evolucionando  hasta llegar a su redacción final o canónica. Esto se nota más claramente en el estudio de pasajes paralelos (el Decálogo y las Bienaventuranzas) y de conceptos teológicos importantes (el  Éxodo)

Aunque los eruditos que emplean este método están de acuerdo en que la crítica de la tradición es capaz de describir las experiencias, las interpretaciones y las fuerzas que operaron en los pueblos de la antigüedad para dar forma y reinterpretar la tradición durante largos períodos antes de que se fijara por escrito, no pueden concordar en cuanto a detalles de metodología; por lo tanto, los resultados de sus estudios con frecuencia difieren uno de otro.

Nuestra posición es que, si bien algunas pequeñas partes del AT podrían haber sido tradiciones que crecieron y se desarrollaron pero la Biblia es de origen sobrenatural y no puede entenderse de la misma manera como otros libros.

Crítica  de  la  Redacción 

Afirma que el texto, en su forma final, es el resultado del arduo trabajo de un redactor. Este tipo de estudio se ha venido desarrollando más o menos desde 1930, y sólo se entiende como un complemento de la crítica textual, de las fuentes y de las formas, desarrollando las conclusiones de dichos estudios. En resumen, explora como fueron editados los textos bíblicos.

Aunque esta crítica ha sido aplicada al AT (en particular a los libros de Samuel, Reyes y Crónicas), su trabajo ha sido principalmente en el NT, especialmente en estudios de los Evangelios y porciones del libro de los Hechos.

Los críticos de la forma y de la tradición consideraron a los evangelistas como meros recopiladores de las unidades de tradición y no redactores verdaderos. En contraste, algunos eruditos alemanes, después de la segunda guerra mundial, llegaron a la conclusión de que cada evangelista hizo un trabajo editorial en el cual se veían sus propósitos y enfoques teológicos. Su labor de redacción fue creativa en todo.

La nueva perspectiva de la Historia de la redacción era considerar no ya la tradición oral de los Evangelios o de otros textos del NT, sino las obras de estos textos como un producto literario formado: tal como han llegado hasta nosotros. Es decir, como un producto literario terminado, completo y marcado por el sello de su autor.

Simultáneamente considera también que esas entidades ya puestas por escrito se hallan compuestas, a su vez, por unidades lingüísticas menores, ordenadas, configuradas y estructuradas por un verdadero autor, no sólo por un mero “recopilador” como había supuesto la Historia de las formas.

La Crítica Estructuralista.

En tiempos más recientes se ha empleado el estructuralismo, un método sincrónico[3], para intentar comprender las relaciones internas dentro del texto y para describir la manera cómo elementos individuales se relacionan entre sí para formar el todo.

En términos generales, es la descripción formal de las estructuras fundamentales de un texto, relacionadas con el sentido o significado. La pregunta no es qué significa el texto, sino qué hace posible el significado, cómo puede decir el texto lo que realmente dice.

La crítica bíblica estructuralista tiene que ver con el texto como aparece ahora, y no con un supuesto documento original. Esta investigación emplea métodos antropológicos, sociológicos y literarios, como también el estudio de las estructuras profundas que se ocultan en el texto.


[1] La Seudoepigrafía o «falsa atribución» consiste en adjudicar o firmar un documento con el nombre de alguien famoso.

[2] De la diacronía o que tiene relación con la evolución de un hecho, fenómeno o circunstancia a través del tiempo

[3] Que trata un fenómeno o un hecho en el estado en que está en un momento determinado, sin tener en cuenta su historia o su evolución en el tiempo.

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Geycer Paredes

Pastor - Maestro de la Biblia, Coordinador académico de la Universidad Bíblica de las Américas en Perú. Autor de libros relacionados con la hermenéutica e Historia Bíblica. Director académico en el Instituto Bíblico Betania.

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