«Oahspe: Una Nueva Biblia» es una obra publicada en 1882 por John Ballou Newbrough, un dentista estadounidense y adepto al espiritualismo, que afirmó haber sido guiado por fuerzas espirituales para escribirla. Según su relato, el texto fue producto de la llamada escritura automática, un método en el cual una persona, bajo una supuesta influencia espiritual, transcribe lo que seres sobrenaturales o entidades divinas le dictan. Newbrough afirmaba que «Jehová» y otros ángeles embajadores le dictaron esta «nueva Biblia», destinada a guiar a la humanidad.
El contenido del libro abarca una visión mística y alternativa de la historia sagrada del mundo, describiendo la creación del universo, los cielos, la Tierra y la humanidad a lo largo de 24.000 años. Presenta una compleja estructura de los cielos, habitados por diversas jerarquías de dioses, diosas, ángeles y espíritus, describiendo su rol en la evolución espiritual del ser humano. Se distancia radicalmente del relato bíblico ortodoxo, ya que incluye no solo elementos del cristianismo, sino también de otras tradiciones espirituales, como el hinduismo y el budismo, lo que lo convierte en un texto sincrético y esotérico.
Uno de los aspectos más llamativos de «Oahspe» es su pretensión de ofrecer mandamientos nuevos y revelaciones actualizadas para la humanidad moderna, afirmando que estos provienen directamente de «Jehová». Este elemento genera un choque inmediato con el cristianismo tradicional, que sostiene que la revelación divina culmina con el Nuevo Testamento, y que no hay necesidad de nuevas escrituras. Además, el libro pretende ofrecer una visión sobre la cosmogonía del universo, la creación de los planetas, y el funcionamiento de los mundos invisibles, ideas que no tienen sustento en los textos bíblicos ni en la ciencia moderna.
A lo largo del tiempo, «Oahspe» ha sido objeto de críticas tanto desde el ámbito teológico como histórico. Los errores históricos y la presencia de profecías incumplidas han sido señalados como puntos débiles del libro. Por ejemplo, algunas de las predicciones relacionadas con la evolución social y espiritual de la humanidad no se han cumplido. Estas fallas han llevado a que el texto sea mayormente rechazado por académicos y teólogos, quienes lo consideran una obra especulativa sin fundamentos sólidos.
El método mediante el cual fue escrito, la escritura automática, también ha sido un motivo de escepticismo. Este proceso era popular en el contexto del movimiento espiritualista de finales del siglo XIX, donde se creía que las personas podían canalizar mensajes de seres espirituales. Sin embargo, desde una perspectiva cristiana ortodoxa, este tipo de prácticas son vistas con desconfianza. La Biblia advierte en contra de buscar revelaciones fuera de los escritos inspirados, y prácticas como la mediumnidad y la comunicación con espíritus son condenadas en textos como Deuteronomio 18:10-12.
A nivel doctrinal, «Oahspe» se aparta considerablemente de la teología cristiana. Su enfoque sincrético, que combina elementos de múltiples tradiciones religiosas, resulta confuso para quienes se adhieren a una visión bíblica estricta. Las Escrituras cristianas enseñan que la salvación y el conocimiento de Dios vienen exclusivamente a través de Jesucristo, mientras que «Oahspe» presenta un panorama más amplio y diverso de creencias espirituales, diluyendo la singularidad de la revelación cristiana. Además, su visión de las jerarquías celestiales y su explicación de los mundos espirituales no tiene paralelo en las enseñanzas bíblicas, lo que añade más distancia entre el texto de Newbrough y la doctrina cristiana.
En resumen, «Oahspe: Una Nueva Biblia» es una obra que pertenece al ámbito del espiritualismo y el esoterismo, destinada a ofrecer una nueva perspectiva sobre la historia del mundo y la espiritualidad humana. Sin embargo, sus numerosas inexactitudes históricas, sus profecías incumplidas y su dependencia en prácticas condenadas por la Biblia lo convierten en un texto que no tiene cabida en la teología cristiana ortodoxa.