Es un documento apócrifo que supuestamente fue escrito por un gobernador romano contemporáneo de Jesucristo llamado Publio Lentulus, aunque no existen registros históricos de que tal persona haya desempeñado un cargo en Judea. Según la tradición, esta carta habría sido enviada al Senado romano para describir la apariencia física de Jesús.
En la carta, se ofrece una detallada descripción de Jesús, algo que no se encuentra en los textos canónicos del Nuevo Testamento. Lentulus describe a Jesús como un hombre de mediana estatura, con cabello castaño claro que cae hasta los hombros, una barba partida, ojos de color azul claro o gris, y una figura majestuosa y serena. Este retrato se alinea con muchas representaciones artísticas de Jesús en la tradición cristiana occidental, donde a menudo se lo pinta con estos rasgos.
Sin embargo, la Carta de Lentulus es ampliamente considerada una falsificación medieval. Los eruditos han determinado que no hay menciones de esta carta antes del siglo XV, y que su estilo literario y contenido son inconsistentes con la forma en que los romanos escribían en el siglo I. Además, no hay ninguna mención histórica de un gobernador llamado Publio Lentulus en Judea, lo que refuerza la idea de que este personaje es ficticio.
El propósito de la falsificación podría haber sido proporcionar una descripción física de Jesús en una época en la que el arte religioso estaba en auge, y la gente deseaba una imagen visual más concreta del Salvador. Aunque los Evangelios no ofrecen una descripción detallada de la apariencia de Jesús, la Carta de Lentulus llenaba ese vacío para los fieles y artistas medievales.
En resumen, la Carta de Lentulus es un texto apócrifo que ha sido desacreditado por los historiadores y estudiosos bíblicos. No tiene base histórica y probablemente fue creado en la Edad Media para satisfacer una necesidad cultural de representar visualmente a Jesucristo, aunque su contenido no tiene fundamento en fuentes históricas confiables.