
John Wycliffe, teólogo inglés del siglo XIV, es reconocido como uno de los pioneros en la traducción de la Biblia a una lengua vernácula. Su obra de traducción al inglés fue un esfuerzo que desafió las normas eclesiásticas de su tiempo, y aunque su misión fue considerada herética por las autoridades eclesiásticas, Wycliffe creía firmemente que cada cristiano debía tener acceso a las Escrituras en su propio idioma para poder comprender la Palabra de Dios sin intermediarios.
Wycliffe comenzó su proyecto de traducción en un contexto de profunda crítica a la Iglesia y sus prácticas, como la venta de indulgencias y la acumulación de riquezas por parte del clero, que él consideraba contrarias al mensaje cristiano. Creía que el acceso a la Biblia, hasta entonces limitada al latín y solo interpretada oficialmente por el clero, era esencial para que los fieles desarrollaran una fe personal y auténtica. Motivado por esta convicción, comenzó a trabajar en una traducción que pudiera ser leída por personas comunes que no dominaban el latín.
La traducción de Wycliffe se basó en la Vulgata latina, la versión autorizada de la Iglesia en ese tiempo. Junto con sus seguidores, conocidos como «lolardos,» Wycliffe logró traducir tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento al inglés, completando la primera Biblia completa en este idioma alrededor de 1382. Esta Biblia de Wycliffe fue copiada a mano y distribuida en manuscritos por todo el país, y aunque no fue una obra masiva debido a la falta de imprenta en ese tiempo, su impacto fue significativo. Esta traducción fue un paso trascendental en el camino hacia un cristianismo más accesible y comprensible para el pueblo común.
El trabajo de Wycliffe fue duramente condenado por las autoridades eclesiásticas, quienes consideraban la traducción de la Biblia al inglés como una amenaza a su autoridad y un peligro para la ortodoxia. En 1408, casi tres décadas después de su muerte, el Concilio de Oxford prohibió oficialmente la traducción de la Biblia a cualquier lengua vernácula sin la aprobación de la Iglesia. Además, los lolardos, que continuaron la difusión de sus ideas y sus Biblias, fueron perseguidos, y muchos de ellos enfrentaron la ejecución por mantener la obra de Wycliffe.
A pesar de la persecución, la Biblia de Wycliffe marcó el comienzo de un cambio significativo en la historia de la traducción bíblica. Inspiró a reformadores posteriores, como William Tyndale, a crear nuevas traducciones y a abogar por el derecho de todos los cristianos a leer las Escrituras en su propio idioma. Wycliffe fue una figura clave en el avance hacia una fe centrada en la Palabra de Dios y en la libertad individual de interpretación, sentando así una base para la Reforma Protestante del siglo XVI.
Para quienes buscan explorar más sobre la vida y obra de John Wycliffe, «John Wycliffe: La Biblia Inglesa y el Espíritu de la Reforma» de Herbert Workman es una excelente obra en español. El libro examina tanto su legado en la traducción bíblica como su impacto en la cultura y la fe inglesa, proporcionando una mirada detallada sobre su influencia en la Reforma y su dedicación a poner la Palabra de Dios al alcance de todos.