
Nuestra Biblia en su conjunto agrupa a 66 libros escritos en tres idiomas: Hebreo, Arameo y Griego, y en tres continentes: Asia, África y Europa. Fue escrito por unos 40 autores que vivieron en diferentes épocas, en un lapso de 1600 años, desde 1513 a. C. Hasta cerca del año 98 d.C., ellos representan gente de toda condición: reyes, militares, líderes, campesinos, filósofos, pescadores, cobradores de impuestos, poetas, músicos, diplomáticos, eruditos y pastores de ovejas.
La Biblia contiene 1,189 capítulos, 929 capítulos en el AT y 260 en el NT. Y distribuidos en 594 capítulos antes del salmo 118 y 594 después del salmo 118. El centro de la Biblia es el salmo 118: 8. El capítulo 29 del libro de Job es el centro del AT y el capítulo 8 de la carta a los Romanos es el centro del NT. Existen 3’566,480 letras, 773,693 palabras, 31,102 versículos y 3,573 promesas aproximadamente.
El libro más corto de toda la Biblia es la epístola de 2 Juan; contiene sólo un capítulo con trece versículos. Por el contrario, el más extenso es el libro de los Salmos con 150 capítulos, y el segundo es Isaías con 66 capítulos. El capítulo más grande es el salmos 119 y el salmos 117 es el capítulo más pequeño. El versículo más grande de toda la Biblia se encuentra en el libro de Esther, en el capítulo 8, versículo 9; y el más pequeño es Éxodo 20:13 y Juan 11:35 (ambos versículos tienen 9 letras si consideramos que la letra “LL” es una doble letra “L”). El AT termina con una Maldición y el NT con una bendición. Según algunos estudios, dicen que el libro de Isaías es la Biblia en miniatura. Veamos: Isaías tiene 66 capítulos, la Biblia 66 libros. El 1er capítulo de Isaías comienza como Génesis: la desobediencia y el pecado del hombre. El capítulo 40 de Isaías profetiza sobre Juan el bautista, y el libro N° 40 de la Biblia es Mateo el cual habla de Juan el Bautista. El último capítulo de Isaías termina en el verso 22. Dice: «Como los cielos nuevos y la nueva tierra» al igual que Apocalipsis, y el último verso de Isaías termina sobre la condenación del hombre impío, como también lo dice Apocalipsis.