Durante los siglos V al X de nuestra era, la transcripción del AT fue la obra de los masoretas, a este texto se le ha llamado “el texto masorético”.
El texto masorético tiene gran importancia porque ha sido la base del AT en nuestras Biblias. Entre los manuscritos que lo contienen los principales son:
Los Fragmentos de Cairo (siglos VI al X)
Son hasta ahora los más antiguos mss masoréticos que se conocen. Fueron descubiertos en 1890 durante la reconstrucción de la sinagoga del Cairo. Se hallaban en una Geniza[1].
De entre los miles de fragmentos descubiertos, se han identificado más de 120 manuscritos del AT junto con otros documentos.
El Códice de Cairo de los Profetas (895 d.C.)
Sigue en antigüedad a los fragmentos de la Geniza. Fue hecho por Moisés ben Aser en Tiberias y contiene solamente la sección de los Profetas (Anteriores y Posteriores).
El Códice de Leningrado de los Profetas (916 d.C.).
Contiene solamente los Profetas Posteriores. Escrito en vitela, es éste el manuscrito fechado de más antigüedad.
El Códice de Alepo (930 d.C.)
Contenía todo el AT, pero en 1948, durante la guerra que estalló entre los árabes y los israelís, se incendió la sinagoga en que se hallaba guardado el manuscrito y sólo se salvó una parte de él.
El Códice del Museo Británico (950 d.C.)
Contiene solamente el Pentateuco, si bien incompleto.
El Códice de Leningrado
Es el único manuscrito completo del AT. El códice es de vitela y está fechado en 1008 d.C. Este manuscrito ha servido como texto básico para la Biblia hebrea y las traducciones modernas de la Biblia y se encuentra en la famosa biblioteca pública de San Petersburgo, en Rusia.The Westminster Leningrad Codex es una versión digital, del Códice de Leningrado mantenida por el Centro J. Alan para investigaciones bíblicas avanzadas en el Seminario Teológico de Westminster. Esta versión electrónica ha sido verificada e incluye varias correcciones; actualmente incluye notas y herramientas de transcripción y para analizar la sintaxis.
[1] Nombre que los escribas daban a la sala donde por un tiempo se guardaban los manuscritos en desuso antes de enterrarlos