
El Siclo o Shekel de Tiro es una moneda de plata que jugó un papel fundamental en la economía y la vida religiosa de Judea durante el período del Segundo Templo. Esta moneda, ampliamente reconocida por su pureza y calidad, fue emitida en la ciudad fenicia de Tiro y se convirtió en la moneda preferida para el pago del impuesto del templo en Jerusalén.
El contexto cultural del siclo de Tiro se sitúa en una época donde Judea estaba bajo dominación romana, pero aún mantenía una fuerte identidad religiosa y cultural judía. La ciudad de Tiro, famosa por su comercio y riqueza, emitía estas monedas que eran aceptadas y valoradas en todo el Mediterráneo oriental. Las monedas tenían en un lado la imagen de Melkart, el dios principal de Tiro, identificado con Hércules en la mitología griega. En el otro lado, presentaban un águila sobre una proa de barco y las inscripciones estaban en griego, indicando su origen helenístico.
La importancia del siclo de Tiro en la vida judía se ve reflejada en su uso obligatorio para el pago del impuesto anual del templo, que cada judío varón debía pagar. Este impuesto, que era medio siclo por persona, se menciona en Éxodo 30:13-16 y se utilizaba para el mantenimiento del templo y sus servicios. En el Nuevo Testamento, esta práctica se refleja en Mateo 17:24-27, donde se menciona el pago del impuesto del templo y el milagro de Jesús al encontrar un estater (una moneda equivalente a dos siclos) en la boca de un pez para pagar por él y Pedro.
El uso del siclo de Tiro para el impuesto del templo se debió a su alto contenido de plata pura, alrededor del 94%, lo que lo hacía más valioso y confiable en comparación con otras monedas contemporáneas. Esta pureza aseguraba que las transacciones y pagos realizados con estos siclos fueran justos y precisos, evitando las incertidumbres asociadas con monedas de menor calidad.
El siclo de Tiro también está estrechamente vinculado con el relato de la traición de Judas Iscariote. Según el Evangelio de Mateo (26:14-16), Judas acordó entregar a Jesús a los principales sacerdotes a cambio de treinta piezas de plata. La especificación de «treinta piezas de plata» tiene un fuerte eco en la ley mosaica, donde esta cantidad era el precio establecido por un esclavo herido (Éxodo 21:32). Además, el cumplimiento de la profecía de Zacarías 11:12-13, donde se menciona el precio de treinta piezas de plata por el pastor, subraya la carga simbólica y profética de esta transacción.
El Evangelio de Mateo continúa el relato indicando que, después de darse cuenta de su traición, Judas devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes, quienes las utilizaron para comprar el campo del alfarero como lugar de sepultura para extranjeros (Mateo 27:3-10). Esta acción cumplió la profecía de Zacarías y muestra cómo el siclo de Tiro no solo tenía un valor económico, sino también un profundo significado teológico y profético en la narrativa bíblica.
En resumen, el siclo de Tiro no era solo una moneda de intercambio común, sino un símbolo de la interacción entre la economía, la religión y la profecía en la antigua Judea. Su uso en el impuesto del templo y su implicación en los eventos que rodearon la traición de Jesús subrayan su importancia en la historia y teología bíblica. La calidad y aceptación del siclo de Tiro reflejan cómo una simple moneda puede tener un impacto duradero y significativo en la cultura y la fe de un pueblo.