El capítulo perdido de Hechos de los apóstoles es un texto que supuestamente narra los viajes de Pablo después de su estancia en Roma, incluyendo su viaje a España y su eventual martirio en Roma. También contiene historias sobre otros apóstoles, como Pedro y Juan.
La historia del capítulo perdido comienza en el siglo IV d.C., cuando Eusebio de Cesarea mencionó en su obra «Historia Eclesiástica» (Libro III, capítulo 3) la existencia de un «Hechos de Pablo» que narraba los viajes del apóstol después de su llegada a Roma.
A lo largo de los siglos, varios eruditos han afirmado haber encontrado el capítulo perdido, pero ninguno de estos descubrimientos ha sido verificado.
Uno de los candidatos más conocidos al título de capítulo perdido es el Manuscrito Sonnini, un texto griego publicado en 1871 por C.F. Hone. Hone afirmó que lo había encontrado en un monasterio copto en Egipto.
Se suponía que el manuscrito era el capítulo 29 de los Hechos de los Apóstoles y detalla el viaje del Apóstol Pablo a Britania, donde predicó a una tribu de israelitas en Ludgate Hill, el sitio de la Catedral de San Pablo. Aunque no forma parte de las Escrituras canónicas, su existencia ha intrigado a muchos y ha inspirado diversas leyendas y especulaciones sobre los viajes de Pablo más allá de lo que se relata en los textos bíblicos.
La autenticidad del manuscrito ha sido ampliamente cuestionada, la falta de evidencia histórica, la ausencia del manuscrito original y a partir de la evidencia interna, la filología convencional lo considera una leyenda o un fraude, por lo que se clasifica entre los pseudoepígrafos modernos.
Es importante ser cauteloso con las afirmaciones de textos antiguos «perdidos» o «desconocidos», ya que a lo largo de la historia ha habido varias falsificaciones y leyendas que intentan añadir detalles a la narrativa bíblica existente.
Es posible que existan leyendas o teorías especulativas sobre la existencia de un capítulo perdido, pero estas no están respaldadas por fuentes históricas confiables o por la erudición académica en el campo de la exégesis bíblica. Por lo tanto, es importante tener precaución al considerar afirmaciones que no estén respaldadas por evidencia documentada y reconocida.
